Poema

 
 

Todavía no es de noche,

la poesía crece

en las ramas desoladas,

su dulce néctar brillando apenas.

 

Aún podría volver,

abrir a ciegas tu herida,

sumergirme en tu dolor,

soñar futuros posibles.

 

Palabras de amor

escaparían de mi aliento,

con una euforia incontrolable,

porque nos amamos dolientes,

eviscerados, con la sonrisa volátil,

extasiados, sobre un lecho de brasas.

 

Podría escribir historias 

con final feliz,

un futuro sin dolor,

dormitar a tu lado,

una vida tranquila

(pero ahora mismo no consigo imaginarla).

 

Muy pronto,

la noche nos cubrirá con su olvido.

Al amanecer

no estará el dulce néctar de las frutas,

ni las heridas brillantes,

tampoco habrá poesía.

 

Contemplo los restos de luz

y recuerdo

el desajuste de los días,

tus piernas nerviosas bajo las sábanas.

 

Quizás debiera llamarte.

 

Pero el sol desciende

a una velocidad

mucho

mayor

de

la

es

pe

ra

da.

 

En la oscuridad aún resuena tu voz.

 

 

 

 

 

* Fotograma de la película Aviva de Boaz Yakin.

 

 

 

 

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